14 marzo, 2025
En Implan-T, nos comprometemos a brindar información detallada y precisa sobre diversas condiciones odontológicas. Hoy, quiero hablarles sobre la mordida cruzada, una maloclusión que puede afectar tanto la funcionalidad como la estética de nuestra sonrisa.
La mordida cruzada se produce cuando los dientes superiores e inferiores no encajan correctamente al morder. En una oclusión normal, los dientes superiores deben situarse ligeramente por delante de los inferiores. Sin embargo, en la mordida cruzada, esta relación se invierte parcial o totalmente. Esta condición puede manifestarse en diferentes formas:
Mordida cruzada anterior: Los dientes frontales superiores muerden por detrás de los inferiores.
Mordida cruzada posterior: Los dientes posteriores superiores muerden por dentro de los inferiores.
Mordida cruzada unilateral: Afecta solo a un lado de la boca.
Mordida cruzada bilateral: Afecta a ambos lados de la boca.
Es esencial identificar y tratar la mordida cruzada a tiempo para evitar complicaciones futuras.
Las razones detrás de una mordida cruzada pueden variar, y es fundamental comprenderlas para abordar el tratamiento adecuado. A continuación, se detallan las principales causas:
La genética juega un papel crucial en el desarrollo de nuestra estructura dental y ósea. Si en tu familia existen antecedentes de maloclusiones o problemas de alineación dental, es más probable que desarrolles una mordida cruzada. Características hereditarias como un maxilar superior estrecho o una mandíbula prominente pueden predisponer a esta condición.
Durante la infancia y la adolescencia, nuestros huesos maxilares están en constante crecimiento. Si este desarrollo es desigual, puede resultar en una mordida cruzada. Por ejemplo, un maxilar superior que no se expande adecuadamente puede provocar que los dientes inferiores sobresalgan más allá de los superiores.
Ciertos hábitos durante la niñez pueden influir negativamente en la alineación dental:
Succión del pulgar: Este hábito puede alterar la posición de los dientes y la forma del paladar.
Uso prolongado del chupete o biberón: El uso extendido de estos puede afectar la mordida y la alineación dental.
Respiración bucal: Respirar habitualmente por la boca en lugar de la nariz puede influir en el desarrollo adecuado de los maxilares.
Estos hábitos pueden llevar a una mordida cruzada si no se corrigen a tiempo.
La pérdida temprana de dientes de leche puede provocar que los dientes adyacentes se desplacen hacia el espacio vacío, afectando la erupción correcta de los dientes permanentes y potencialmente causando una mordida cruzada.
Un golpe o lesión en la mandíbula durante la infancia puede afectar el crecimiento y desarrollo normal de los maxilares, leading a una mordida cruzada.
Ignorar una mordida cruzada puede llevar a múltiples problemas a largo plazo:
Desgaste dental: Los dientes mal alineados pueden sufrir un desgaste irregular, lo que aumenta el riesgo de fracturas y sensibilidad dental.
Problemas en la articulación temporomandibular (ATM): Una mala oclusión puede generar tensión en la ATM, causando dolor, chasquidos y dificultades al abrir o cerrar la boca.
Dificultades funcionales: La mordida cruzada puede interferir en la masticación adecuada y en la pronunciación de ciertos sonidos.
Problemas estéticos: Una mordida cruzada puede afectar la armonía facial, llevando a asimetrías que impactan en la autoestima del paciente.
Higiene comprometida: Los dientes mal posicionados son más difíciles de limpiar, aumentando el riesgo de caries y enfermedades periodontales.
En Implan-T, creemos firmemente en la prevención como la mejor estrategia para evitar problemas dentales en el futuro. La mordida cruzada es una maloclusión que, si no se detecta a tiempo, puede causar complicaciones funcionales y estéticas en el desarrollo dental de un niño. Afortunadamente, existen diversas formas de prevenirla o, en su defecto, tratarla a una edad temprana con éxito.
La mejor manera de prevenir la mordida cruzada es a través de revisiones odontológicas regulares desde la infancia. La Sociedad Española de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial (SEDO) recomienda que los niños acudan a su primera revisión ortodóntica antes de los 7 años, ya que a esta edad los especialistas pueden detectar problemas de mordida antes de que se agraven.
Llevar a los niños al dentista desde pequeños no solo previene problemas como la mordida cruzada, sino que también fomenta una buena salud bucodental a lo largo de la vida.
Existen ciertos hábitos infantiles que pueden afectar el correcto desarrollo de los maxilares y los dientes, favoreciendo la aparición de una mordida cruzada. A continuación, te explicamos cuáles son y cómo evitarlos.
Cómo prevenirlo
Cómo prevenirlo
Cómo prevenirlo
El desarrollo de los huesos maxilares juega un papel clave en la mordida cruzada. Si un niño tiene un maxilar superior demasiado estrecho o una mandíbula inferior prominente, es más probable que desarrolle este tipo de maloclusión.
Los padres pueden estar atentos a señales como:
Si se detectan estas señales, un ortodoncista puede recomendar expansores palatinos o ortodoncia interceptiva para corregir el crecimiento anómalo antes de que el problema se agrave.
La alimentación juega un papel fundamental en el desarrollo de los maxilares y los dientes. Una dieta adecuada desde la infancia ayuda a fortalecer la estructura ósea y previene problemas de mordida.
Fomentar una dieta equilibrada no solo contribuye a la salud general del niño, sino que también ayuda a un desarrollo maxilar adecuado y a prevenir maloclusiones como la mordida cruzada.
La elección del tratamiento adecuado depende de la edad del paciente, la causa subyacente y la severidad de la mordida cruzada. En Implan-T, ofrecemos diversas opciones para abordar esta condición:
Los brackets tradicionales, ya sean metálicos o estéticos, son efectivos para corregir la posición de los dientes y mejorar la oclusión. Este tratamiento es común tanto en adolescentes como en adultos.
Para aquellos que buscan una opción más estética y cómoda, los alineadores transparentes, como Invisalign, son una excelente alternativa. Estos dispositivos son removibles y permiten una higiene oral más sencilla.
En pacientes jóvenes, especialmente niños, los expansores palatinos se utilizan para ensanchar el maxilar superior, corrigiendo la mordida cruzada posterior. Este tratamiento es más efectivo durante la fase de crecimiento.
En casos severos o en pacientes adultos donde la mordida cruzada tiene un origen esquelético, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para reposicionar los maxilares y lograr una oclusión adecuada. Es lo que se denomina cirugía ortognática.
Si al morder notas que algunos de tus dientes superiores quedan por detrás de los inferiores, o si sientes molestias al masticar, podrías tener una mordida cruzada. Otros síntomas incluyen dolor en la mandíbula, desgaste dental irregular y asimetría facial. Lo mejor es acudir a una consulta con un especialista en ortodoncia para obtener un diagnóstico preciso.
Lo ideal es diagnosticar y tratar la mordida cruzada en la infancia, ya que durante esta etapa el desarrollo óseo aún está en proceso y es más fácil corregir la alineación de los maxilares. Sin embargo, los adultos también pueden recibir tratamiento eficaz con ortodoncia o cirugía en casos más complejos.
El tratamiento con ortodoncia o alineadores puede generar leves molestias al inicio o tras los ajustes periódicos, pero no es doloroso. En caso de cirugía ortognática, puede haber un proceso de recuperación más largo con molestias temporales que se controlan con medicación y cuidados postoperatorios.
Depende de la edad del paciente y la gravedad del caso. En niños, el uso de expansores palatinos y ortodoncia interceptiva puede corregir el problema en pocos meses o un par de años. En adolescentes y adultos, los brackets o alineadores suelen requerir entre 18 y 24 meses. En casos severos con cirugía, el tiempo total de tratamiento puede extenderse más allá de los dos años, incluyendo la fase postoperatoria y el ajuste ortodóntico final.
En algunos casos leves, la mordida cruzada puede corregirse con tratamientos como expansores palatinos o rehabilitación dental con prótesis y carillas. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la ortodoncia sigue siendo la opción más efectiva y duradera.
Ignorar la mordida cruzada puede derivar en problemas de desgaste dental, dificultad para masticar y hablar, dolores en la mandíbula y la cabeza, así como problemas estéticos que pueden afectar la autoestima. Además, puede incrementar el riesgo de enfermedades periodontales debido a la dificultad para limpiar adecuadamente los dientes mal alineados.
En Implan-T, entendemos que la mordida cruzada no solo afecta la estética dental, sino también la salud oral en general. Un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida del paciente.
Si sospechas que tú o tu hijo tienen una mordida cruzada, te invitamos a reservar una consulta con nuestros especialistas en ortodoncia. Evaluaremos tu caso y te ofreceremos la mejor solución para lograr una sonrisa funcional y armoniosa. ¡No dejes pasar más tiempo y toma el control de tu salud dental hoy mismo!
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